Por: Felipe de Jesús Beltrán Pérez
Ante el famoso llamado matutino de “urge regresar a clases presenciales”, se ha apresurado la vacuna anticovid para los maestros, misma que según datos de coronavirus.gob.mx, es la que tiene mayor cantidad de efectos secundarios, en comparación con las otras cuatro aprobadas hasta el momento en nuestro país; asimismo, se prevén ya estrategias para que los mismos docentes apliquen contención socioemocional al alumnado en un regreso a clases escalonado y voluntario.
En época de pandemia, cada país ha establecido sus tiempos y determinado sus estrategias para el regreso a clases, lo que sí, la gran mayoría han coincidido en que mantener el confinamiento social sería un error, pues los riesgos de deserción escolar, rezago académico y una economía en desplome son muy altos, por lo que, con la adquisición de las vacunas anticovid, se ha podido iniciar el regreso a las aulas, sobre todo en Norteamérica y en la Unión Europea, donde los países han realizado inversiones millonarias en capacitación y fortalecimiento de la infraestructura escolar para extremar las medidas de sanidad.

Por lo que respecta a América Latina, un mínimo de escuelas han sido abiertas, puesto que la distribución de las vacunas ha sido más lenta. En México, pese a que las condiciones de los centros educativos no ha cambiado, se arrancó una campaña nacional vacunación a docentes, quienes estarán recibiendo una sola dosis de la farmacéutica CanSino Biologics Inc., elaborada por el Instituto de Biotecnología de Beijing (China), estimando que el regreso a clases sea durante los meses de mayo y junio para culminar de manera presencial el ciclo escolar 2020-2021.
Para lo anterior, ya en el marco de los Consejos Técnicos Escolares, se ha estado abordando la importancia de reconocer que los alumnos difícilmente regresarán como se fueron, puesto que durante el confinamiento social pudieron tener pérdidas familiares, desequilibrios emocionales e inclusive haber sufrido violencia familiar, a lo cual, se determina la necesidad de que los mismos docentes implementen estrategias de educación socioemocional, especialmente la resiliencia, a fin de promover el enfrentar la realidad social y sobreponerse en un sentido propositivo.
El esfuerzo de las autoridades ha sido puntual en esta etapa de la pandemia, sin embargo tanto la vacunación a docentes como el énfasis de la educación socioemocional parecen estrategias insuficientes, pues el maestro sigue corriendo riesgo de ser un portador y llevar el virus a casa, donde posiblemente no todos se encuentren vacunados, además de enfrentar una comunidad escolar sin capacitación ante la situación. Ya se está presentando en los planteles que acaban de activarse de manera presencial, que padres de familia apoyan muy poco en los filtros de acceso por temor a ser contagiados, así como alumnos estresados de portar cubrebocas y careta en altas temperaturas con aulas de poca ventilación, así como la carencia de servicios básicos como sanitarios idóneos y agua potable.
Sin duda, la comunidad escolar no espera que todo el apoyo lo provea la autoridad, pues se entiende que los contextos son muy variados y el tiempo apremia, pero sí la posibilidad de promover capacitación mediante medios masivos, sobre la responsabilidad de todos para participar en este retorno a las aulas, en beneficio de nuestro derecho a la salud, porque “urge regresar a clases presenciales”

Para, poder tener clases presenciales, tenemos que contar principalmente con agua potable y que se cuente con el apoyo de los padres de familia y a su vez, que los maestros estemos emocionslmente estables y fisicamente sanos. Contara mucho la organizacion de las escuelas para este regreso a clase. Tenemos que estar capacitados y con toda la voluntad.
Me gustaMe gusta