GNOSEOLOGÍA, PEDAGOGÍA Y DIDÁCTICA III
Dr. C. Ramón Alipio Fundora Simón
Metodólogo de la Dirección de Grados Científicos de la Universidad Agraria de la Habana. República de Cuba
Doctor en Ciencias Pedagógicas
Profesor Invitado del Campus Tequis, de la Universidad de Tangamanga. S.L.P. México
En los meses de septiembre y octubre Nación Mx publicó artículos del autor sostenidos, desde el punto de vista filosófico, en la Triada Gnoseológica Positivista, que posibilitó la caracterización de la Pedagogía y Didáctica Positivista (septiembre) y la Pedagogía y Didáctica Pragmática (octubre). En el artículo presente se tratará la Triada Gnoseológica Dialéctica Materialista y la Pedagogía y Didáctica que se derivan de tal visión filosófica.
La Gnoseología Dialéctica Materialista tiene como principio y fin del conocimiento la práctica. Para esta visión de la teoría del conocimiento es válido el camino gnoseológico que expresa: “De la contemplación viva al pensamiento abstracto y de éste a la práctica – tal es la vía dialéctica del conocimiento de la verdad, del conocimiento de la realidad objetiva” (Lenin, 1979, p. 161).
De la interpretación del contenido se revela la Triada Gnoseológica Dialéctica Materialista la que se expone en la Figura 1.

Figura 1. Representación gráfica de la Triada Gnoseológica Dialéctica Materialista
Los tres componentes de la Triada conforman el camino cognoscitivo que transita por los tres momentos siguientes:
- De la contemplación viva
Hace referencia al nivel sensorial o empírico, forma más elemental de conocimiento en la que el sujeto se forma imágenes con la ayuda de los órganos de los sentidos en el curso de su interacción directa con el objeto. Las imágenes se constituyen sobre la base de tres procesos cognoscitivos fundamentales indisolublemente unidos: las sensaciones, las percepciones y las representaciones.
Las sensaciones proporcionan el conocimiento de las cualidades externas de las cosas (diferenciar lo caliente de lo frío, el olor de lo inodoro, la dureza de la blandura) lo que propicia al sujeto la orientación con acierto en el mundo de las cosas, distinguir unas de otras y percibir los cambios que se producen en el medio que lo rodea.
Por su parte, percepciones reflejan lo concreto-sensorial, que permite operar libremente con los objetos y captar los nexos entre su aspecto externo y las funciones que realiza, cualidades que propicia la selección, organización e interpretación de la información proveniente de estímulos, pensamientos y sentimientos, a partir de la experiencia previa, de manera lógica o significativa.
Las representaciones se entienden como la evocación relativamente integral de un objeto con el cual el sujeto ya no tiene una relación espacio-temporal directa.
El conocimiento sensorial posee los rasgos distintivos siguientes:
- Inmediatez, es decir, el carácter más o menos directo del reflejo.
- Carácter fenoménico y superficial al fijar, fundamentalmente, las determinaciones externas de las cosas.
- Carácter figurativo, capacidad de operar con imágenes sensoriales (visuales, sonoras, del olfato, del gusto y del tacto).
II. Al pensamiento abstracto
Alude al nivel racional, sostenido en el pensamiento abstracto, forjado sobre la base de la comunicación social, del trabajo (actividad) y en general de la práctica socio-histórica de la humanidad. Este nivel permite al sujeto formarse una imagen más o menos inmediata del objeto, de las propiedades y relaciones internas (invisibles) esenciales y universales de la realidad.
Entre las formas múltiples de conocimiento racional se destacan tres fundamentales: los conceptos, los juicios y los razonamientos.
Los conceptos reflejan las propiedades más generales, necesarias y esenciales de los objetos, convertidas en significados y sentido mediante las palabras, con ayuda de las cuales el pensamiento humano refleja el mundo en el pensar, lo que propicia penetrar en la esencia de los objetos, fenómenos y procesos y generalizar los aspectos y caracteres fundamentales de los mismos. La definición de conceptos permite la separación mental, según su contenido y volumen, de los rasgos esenciales, suficientes y necesarios, de los objetos, fenómenos y procesos que le interesan en la práctica conocer.
Los juicios expresan ideas relativamente acabadas sobre las cosas y sus relaciones mutuas.
El razonamiento es la facultad que permite resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones causales y lógicas necesarias entre ellos, lo que hace posible la obtención de nuevos conocimientos a partir de los ya establecidos.
El conocimiento racional posee rasgos que lo identifican como son:
- Está condicionado histórica y socialmente, lo que propicia que los objetos, fenómenos y procesos de la realidad estén mediado por el pensamiento abstracto, acto mental en el que se aísla un objeto o una propiedad de un objeto.
- Profundidad, dada por la capacidad de penetrar en la esencia de los objetos, fenómenos y procesos.
- Naturaleza conceptual, lógico-abstracta, relacionado con el pensamiento verbal, con el lenguaje.
- El pensamiento abstracto y lógico se relaciona en formas lógicas, entendidas como el modo de construcción, expresión y enlace de pensamientos (y partes del pensamiento) que se aplican en el proceso de pensamiento. Las formas lógicas del pensamiento son: análisis, síntesis, inducción, deducción, abstracción y generalización.
- Y de este a la práctica
La práctica, desde la visión filosófica dialéctica materialista, es apreciada como la actividad transformadora mediante la cual el hombre asegura su existencia y el desarrollo de la sociedad; es un fenómeno objetivo, continuación de los procesos naturales que se despliega de acuerdo a leyes que existen independientemente de la conciencia del hombre, por lo que no se trata de un criterio subjetivo. Entre los rasgos que identifican la práctica, momento supremo de la actividad humana en la gnoseología dialéctico materialista, se pueden identificar los siguientes:
- Es una actividad históricamente condicionada, que actúa en la totalidad del proceso histórico en su perenne devenir hasta el presente dado.
- Es un fenómeno multifacético que se manifiesta en diversas formas: la producción material, el experimento científico, la innovación tecnológica y los procesos sociales.
- Tiene carácter absoluto y relativo, así como lógico y axiológico.
- Es apreciada como criterio de la veracidad del conocimiento, como criterio fundamental o rector de la verdad.
El hecho que la visión dialéctica materialista aprecie la práctica como criterio valorativo de la verdad está dado, esencialmente, por la coincidencia entre las afirmaciones y los hechos, relación que propicia la transformación de la realidad.
En la figura 2 se muestra la representación gráfica de la Triada Gnoseológica Dialéctica Materialista.

Figura 2. Triada Gnoseológica Dialéctica Materialista
La interpretación que sugiere la Triada Gnoseológica Dialéctica Materialista es que existe relación entre los niveles sensorial y racional y entre la teoría y la práctica.
La relación entre los niveles sensorial y racional parte del reconocimiento de lo sensorial como fundamento último del conocimiento y el acento en el carácter activo y relativamente independiente de la razón. La aparición de las formas racionales de conocimiento elevó a las formas sensoriales a un nivel cualitativamente nuevo y superior al propiciar la aprehensión de la realidad de lo sensorialmente concreto a lo abstracto y de este a lo concreto, resultado un movimiento de lo concreto sensible a lo concreto pensado.
Tal posicionamiento permite la unidad indisoluble de las formas de conocimiento empírico y científico; en el nivel empírico, la imagen cognoscitiva refleja lo sensorialmente concreto, lo inmediatamente dado como lo común de varios objetos y fenómenos; solo mediante la abstracción se revela lo concreto como síntesis de lo diverso, el objeto en todas sus determinaciones. El conocimiento humano, mediado por la práctica, trasciende la realidad y mediante las abstracciones revela su esencialidad. El conocimiento no puede pasar de golpe de lo sensorialmente concreto al pensamiento abstracto.
Teoría y práctica son, en última instancia, categorías dialécticas que se excluyen y presuponen mutuamente. No existe una sin la otra y se influyen recíprocamente. La base de esta interacción es la práctica, la que precisamente engendra la conciencia y la determina en cada etapa de desarrollo, a la vez que, con ello, determina la aprehensión teórica de la realidad. La actividad humana se halla orientada por un determinado conjunto de conocimientos de contenido intelectual relativo a un campo específico o la totalidad del universo.
La Triada Gnoseológica Dialéctica Materialista sustenta la Pedagogía Social Socialista y a la Didáctica que se deriva de los fundamentos filosóficos que la sostienen.
Según Chávez, et al. (2009) la educación de base social: “se encuentra en las obras de los filósofos: Platón de la antigua Grecia (427-343 a C), y de Tommaso Campanella (1568-1639), perteneciente al período renacentista italiano. Esta concepción fue desarrollada y consolidada por los clásicos del marxismo” (p. 45).
Refieren los autores citados que: “Los principios de una educación pública social socialista fueron enunciados por Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895) y desarrollados, entre otros, por Vladimir Ilich Lenin (1870-1924) y por importantes intelectuales a inicios del siglo XX y en etapas posteriores” (p. 46).
Marx y Engels defienden la educación pública y gratuita para todos los niños, basada en los siguientes principios:
- Eliminación del trabajo de ellos en la fábrica.
- Asociación entre educación y producción material.
- Educación politécnica que conduce a la formación del hombre omnilateral, al abarcar tres dimensiones: mental, física y técnica, adecuadas a la edad de los niños, jóvenes y adultos.
- Inseparabilidad de la educación y la política, y de la articulación entre el tiempo libre y el tiempo de trabajo, es decir: el trabajo, el estudio y el entrenamiento.
Continuador de las ideas marxistas Lenin atribuyó gran importancia a la educación en el proceso de transformación social, la que pudo experimentar con la aplicación de las ideas de la pedagogía social socialista a la educación, desde una posición eminentemente política e ideológica contraria a la educación burguesa capitalista (Chávez, et al., 2009).
En las notas escritas entre abril y mayo de 1917, para la revisión del programa del Partido Comunista, Lenin defendió:
- La anulación de la obligatoriedad de un idioma del Estado.
- La enseñanza general y politécnica-laboral, gratuita y obligatoria hasta los 16 años.
- La distribución gratuita de ropas, alimentos y materiales escolares.
- La transmisión de la instrucción pública a los organismos democráticos de la administración autónoma local.
- La abstención del poder central de toda la intervención en el establecimiento de los programas escolares y en la selección del personal docente.
- La elección directa de los profesores por la misma población y el derecho de esta a destituir a los incompetentes.
- La prohibición a los patrones de utilizar el trabajo de los niños menores de 16 años.
- La eliminación de la jornada de trabajo de los jóvenes entre 16 y 20 años a cuatro horas.
- La prohibición de que los jóvenes trabajaran por la noche en empresas insalubres o en las minas.
Pensadores marxistas como Anatoli V. Lunacharski (1875-1933), Antón S. Makárenko (1888-1939), Antonio Gramsci (1891-1937) y Lev Semionovich Vigotsky (1896-1934) realizaron aportes significativos a la Pedagogía Social Socialista. Lunacharski como Comisario del pueblo en materia educativa durante 12 años en la URSS. Makárenko puso énfasis en el proceso educativo propiamente y el papel del maestro como agente educativo esencial. Gramsci como defensor de la escuela socialista y crítico de la educación burguesa por sus limitaciones, destacándose por su proyección del marxismo hacia planos diferentes de los que se habían enfatizado hasta el momento. Vigostky, que aportó una teoría de la personalidad de amplio uso en las teorías de aprendizaje actuales, base teórica esencial de la Didáctica Desarrolladora.
Entre las características esenciales que identifican a la Pedagogía Social Socialista se encuentran las siguientes:
- Considera al estudio como un sistema de determinados tipos de actividades (acciones) conscientemente organizadas y dirigidas a un fin.
- La actividad de aprendizaje incluye un determinado conjunto de operaciones que se cumplen en un orden y en consecuencia con diferentes reglas y bases de orientación-acción, sustentada en la relación teoría-práctica.
- La construcción del conocimiento debe seguir un camino mediativo, colaborativo y de ayuda permanente.
- Los métodos de enseñanza-aprendizaje más empleados se orientan hacia la creación de condiciones educativas con la intervención del maestro.
Desde el punto de vista antropológico la Pedagogía Social Socialista aprecia al hombre como resultado de la evolución natural, que no puede vivir aislado, que vive en sociedad, considerando que la vida social constituye su segunda naturaleza. En sentido general aprecia a la educación como una categoría eterna de la sociedad.
En lo relativo a las dimensiones epistemológica y metodológica, expresada en la relación qué y cómo conoce el hombre, la Pedagogía Social Socialista se sostiene en la concepción científica del mundo, en que el conocimiento transita de lo conocido a lo desconocido, de lo fácil a lo difícil, de lo simple a lo complejo de lo inferior a lo superior. Asimismo, aprecia relevante la asociación entre educación y producción material, que conduce a la formación de la personalidad en tres dimensiones esenciales: mental, física y técnica y la adaptación de los métodos de enseñanza a la edad de los educandos.
La dimensión axiológica orienta para qué se educa, posición que guía a la Pedagogía Social Socialista a fusionar en el individuo el desarrollo de la inteligencia, la voluntad, la moral y la estética, sobre la base de un sistema de valores que promueven en los sujetos la solidaridad, la incondicionalidad, el internacionalismo y el respeto a cada individuo, grupos sociales, con énfasis a la familia y la comunidad.
La dimensión axiológica está relacionada con la teleológica, que determina lo fines de la educación, que en la Pedagogía Social Socialista tiene su concreción en la formación integral de la personalidad manifestada en la relación armónica entre lo cognitivo, lo afectivo-motivacional y lo volitivo-regulador.
Se coincide con Chávez, et al., (2009) en que, en la Pedagogía Social Socialista, en los planos pedagógico y psicológico, se hicieron grandes aportes; pero con el tiempo, la enseñanza social socialista fue cayendo en la ortodoxia, en el partidismo subjetivo y en el voluntarismo que le fue petrificando, lo que se nota en los últimos años de la existencia de la URSS y de los países de la Europa del Este, sin excluir a China y a otros países socialistas asiáticos. En este sentido, la Pedagogía Social Socialista se constituyó en una praxis y en una organización educativa de un partido político más que una teoría pedagógica.
La Pedagogía Social Socialista está sostenida en la Didáctica Marxista, resultado indiscutible de investigaciones realizadas en la URSS y en Alemania del Este, en que la Didáctica alcanzó destacados niveles de desarrollo, como los expuestos en el texto Introducción a la Didáctica General de Lothar Klingberg (Chávez, et al., 2009).
En las etapas de tránsito de la Didáctica Marxista es necesario hacer referencia a la teoría de la formación por etapas de las acciones mentales, de P Ya. Galperin y sus seguidores, sobre todo Nina F. Talizina.
La teoría de Galperin considera al estudio como un sistema de determinados tipos de actividad. En este caso, por actividad se entiende un proceso de solución, por el hombre, de tareas vitales, impulsadas por el objetivo a cuya consecución está orientado.
Cada tipo de actividad de estudio es, a su vez, un sistema de acciones unidas por un motivo que, en su conjunto, aseguran el logro del objetivo de la actividad de la que forman parte.
El eslabón central de esta teoría es la acción como unidad de la actividad de estudio y de cualquier actividad humana. Toda acción incluye un determinado conjunto de operaciones que cumplen en un orden, y en consecuencia con diferentes reglas. El cumplimiento de las operaciones forma parte del resultado de la acción. Por lo tanto, la acción se dirige por medio de una base orientadora, entendida como el sistema de condiciones en el que realmente se apoya el hombre al cumplir la acción.
La acción por las funciones que cumple puede estar dividida en tres partes: orientadora, de ejecución y de control.
La parte orientadora está relacionada con la utilización del conjunto de condiciones concretas, necesarias para el exitoso cumplimiento de la acción dada, que entran en el contenido de la base orientadora. La parte ejecutora asegura las transformaciones dadas en el objeto de la acción (ideal o natural). La parte de control está dirigida a seguir la marcha de la acción, a confrontar las necesidades obtenidas con los modelos dados. Con su ayuda se hace la corrección necesaria, tanto en la parte orientadora como de la ejecutora de la acción. Estas partes se dan en unidad dialéctica.
Las investigaciones han mostrado que el papel decisivo de la formación de la acción lo desempeña la parte orientadora, que determina la rapidez de la formación y la calidad de la acción.
La parte orientadora de la acción está dirigida a:
- La construcción correcta y racional de la parte ejecutora
- Asegurar la elección racional de uno de los posibles cumplimientos.
Este minucioso proceso para enfrentar el aprendizaje, bien empleado permite alcanzar importantes éxitos, pero si se dogmatiza y se lleva a efecto mecánicamente, entonces, puede el conocimiento producirse de una manera aislada o fragmentada y que un paso no permita el siguiente. Tal disquisición puede acarrear la limitación que se privilegie la formación de las habilidades intelectuales en detrimento de una formación más integral, crítica fundamental que han realizado opositores a la Didáctica Marxista al considerarla cognitivista.
Como aspecto relevante se destaca que esta visión de la Didáctica ha permitido un gran avance en la estimulación del desarrollo intelectual. Se han propuesto caminos muy sólidos, para la formación de habilidades como: observar, identificar, clasificar, comparar, argumentar, explicar, demostrar, ejemplificar y valorar.
En las etapas que transitó la Didáctica Marxista es válido destacar la aceptación de la teoría histórico-cultural de L. S. Vigotsky y su aplicación a la enseñanza, lo que constituyó un paso de avance indiscutible, convirtiendo a este importante psicólogo marxista en precursor indiscutible de la Didáctica Desarrolladora. En un próximo artículo el autor profundizará en los fundamentos que sostienen esta perspectiva que constituye una: “opción viable para la Escuela Latinoamericana” (Zilberstein, 2021, p. 1).
REFERENCIAS
Cardentey, J. (2015). Lecciones de Filosofía Marxista Leninista. Tomo II. Editorial Pueblo y Educación.
Chávez, J., et al. (2014). Filosofía de la Educación. Editorial Pueblo y Educación.
Chávez, J. et al. (2009). Corrientes y tendencias de la Pedagogía y la Didáctica a finales del siglo XX e inicios del siglo XXI. Editorial Pueblo y Educación.
Lenin, V. (1979). Obras Completas. Tomo XXXVIII. Editorial Progreso, Moscú.
Marx, C. y Engels F. (1995). Manifiesto del Partido Comunista”. Obras escogidas en dos tomos. Tomo 1. Edición de Lenguas Extranjeras, Moscú, 1995.
Zilberstein, J. (2021, 19 de julio). El Enfoque Histórico Cultural: Una Opción Viable para la Escuela Latinoamericana. Nación Mx. https://naciónmx.com/2021/07/19