Por: Irma Suárez

Una oportunidad de desarrollo para las mujeres en comunidades rurales es el Turismo Rural, que contribuye a otorgarles poder dentro de la familia y elevar su autoestima, ya que aumenta su autonomía financiera y mejora la valoración del trabajo femenino. Además de que, si se incrementa del poder adquisitivo de ellas, ayuda a que impulsen a sus hijos a estudiar, a mejorar su nutrición y con esto, por supuesto a alcanzar un mayor desarrollo. No olvidemos que el potencial del turismo rural comunitario representa una oportunidad y una herramienta para el desarrollo sostenible a largo plazo y si las mujeres se insertan en esta actividad se asegura la igualdad de competencias y oportunidades entre hombres y mujeres.
Las actividades que las mujeres en el mundo están realizando en el turismo rural están asociadas a la oferta de hospedaje, alimentos, artesanías y recorridos, en los que muestran con orgullo todo ese gran patrimonio cultural y natural que han heredado, sin embargo en muchas ocasiones su trabajo no es remunerado y lo hacen como parte de la obligación familiar, y son los hombres quienes, finalmente, llevan a cabo las tareas de administración de los ingresos del negocio, lo que invisibiliza el trabajo de estas mujeres, limita su autonomía y pone barreras a su desarrollo social y personal.
Amigos es urgente que se revalorice la labor de las mujeres rurales y encuentren dentro de estas funciones un empleo pagado a fin de lograr un desarrollo para ellas y sus familias.
