“Hoy el viento sopla más de lo normal.
Las olas intentando salirse del mar.
El cielo es gris y tú no lo podrás cambiar.
Mira hacia lo lejos, busca otro lugar.
Y cien gaviotas, ¿Dónde irán?
¿Dónde irán?”
-Diego Vasallo
La columna de hoy es especial para mí. Esta es la centésima entrega de INNtenseando. Así que a riesgo de defraudar a los lectores que esperaban alguna crítica a la Caravana de la Nueva Escuela Mexicana, o una reflexión sobre cómo sobrevivir en un salón de clases lleno de adolescentes, esta ocasión me apoderaré de este espacio para un propósito íntimo y personalísimo: agradecer a todos los que hicieron posible, incluyéndome, que hayamos llegado juntos hasta aquí.
Cien columnas, cien temas, cien mañanas de domingo dedicadas frente a la computadora al difícil reto, no siempre bien logrado, de alternar entre mi modo cerebral difuso como mente de mono y el enfocado para exprimir un puñado de ideas y tratar de ordenarlas y ofrecer una reflexión sobre temas educativos que fuera ligera pero no trivial, sencilla pero no infundada y que pudiera ser atractiva y útil para quienes sin tener ninguna necesidad de hacerlo, deciden invertir unos minutos de lectura o escucha al iniciar la semana.
La historia de INNtenseando para quienes no la conocen tiene su origen durante la pandemia de 2020, recién terminaba la primera temporada del proyecto de difusión #INNdocentes que aún está disponible en Youtube cuando recibí la invitación de NaciónMx para colaborar con una columna periódica de opinión sobre temas educativos.

No muy consciente del reto ni de mis limitaciones acepté embarcándome en una aventura constante que implicaba buscar cada semana un tema que pudiera interesar lo mismo a maestros en ejercicio que a padres de familia, o al público en general. Mi objetivo ideal siempre fue que estas reflexiones llegaran a los estudiantes de educación, así como a los nuevos maestros.
Y así, el 28 de junio de 2020 #INNtenseando vio la luz digital con “La cara oculta de la educación en estos tiempos de pandemia” y desde entonces lunes a lunes, casi ininterrumpidamente traté temas sobre:
- El rol del docente. Siempre muy consciente de no idealizarlo ni sobrecargarlo. Pero convencido de que en educación el que no avanza, retrocede, porque el mundo no se detiene.
- Papel especial tuvo la adaptación a la larga época de pandemia y los numerosos desafíos que cada etapa de ésta nos fue presentando.
- Políticas públicas sobre educación. Ofrecí mi opinión siempre sesgada y limitada, como la de cualquier otro ser humano, sobre los aciertos y errores que ha tenido el gobierno de la tercera alternancia en materia educativa.
- Neuroeducación. Es un tema que me ha mantenido interesado y que ha transformado significativamente no sólo mi forma de ver la educación y el aprendizaje, sino también mi vida personal.
- Un par de columnas las dediqué como homenaje póstumo a grandes educadores que merecen ser conocidos y reconocidos.
- Y también me arrogué el derecho, tal vez por la edad de hacer recomendaciones a docentes nóveles y padres de familia para ser más eficientes y eficaces en la educación de los niños y adolescentes.

Hoy al llegar al ciento, siento que mi cerebro se baña de oxitocina y serotonina por la satisfacción y la gratitud ante ustedes queridos lectores. Y aunque sé que no son muchos, también sé que son fieles y generosos. Con todos y cada uno tengo una enorme deuda que quisiera saldar nombrándolos, pero me aterra olvidar, aunque fuera a uno solo, por lo que simplemente diré un ciento de gracias:
- A aquellos que alguna vez me enviaron un mensaje de Whatsapp para decirme que les había gustado lo que leyeron o comentarlo.
- A aquellos que compartieron la columna o el podcast en sus redes sociales, invitándome a ser leído o escuchado por sus amigos y seguidores.
- A quienes me hicieron saber que incluyeron alguna entrega como lectura con sus alumnos en algún curso o taller.
- A los colegas directores que compartieron la columna con sus maestros o padres de familia.
- A quienes preguntaban por la columna cuando ésta se retrasaba en su entrega.
- Y por supuesto a quienes sin haber hecho nada de lo anterior, se tomaron algunos minutos para leer o escuchar mis ideas.

Hoy al llegar al ciento, siento que es tiempo de dar las gracias de manera particular y especial a Juan Carlos Rodríguez por la invitación, la confianza, atenciones y la hospitalidad de Nación Mx hacia mi persona y el proyecto.
Hoy al llegar al ciento, siento que es tiempo de agradecer a Minerva Leija no sólo por ayudarme cada domingo a corregir el borrador de las entregas, sino por motivarme a no claudicar.
Hoy al llegar al ciento, siento que es tiempo de ponerle punto final a esta aventura. ¿Qué vendrá después? No lo sé, sólo estoy seguro de que mientras la vida me dé la oportunidad, de alguna forma los seguiré #INNtenseando.

Sergio Dávila Espinosa
Twitter: @sdavilae
7 de noviembre de 2022